La Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH) organiza cada año el curso de formación continuada Puesta al día en Tratamiento antitrombótico y Arán está al frente de su secretaría técnica, encargándose además de toda la logística del encuentro. Los días 9 y 10 de febrero celebró su XXI edición consolidándose como cita de referencia para todos aquellos profesionales que trabajan en este ámbito de la medicina. Aquí tuvieron la oportunidad, una vez más, de obtener el conocimiento necesario para aplicar toda esa evidencia científica disponible a su práctica clínica.

Las pruebas globales de la hemostasia fueron uno de los temas destacados durante el XXI curso de formación continuada Puesta al día en Tratamiento antitrombótico celebrado en Sitges. Su uso al intentar medir procesos complejos con muchos elementos participantes en un solo dato es útil para poder individualizar mejor el diagnóstico de la trombosis y, sobre todo, el pronóstico, es decir, el riesgo de que se repita la enfermedad.

Curso tratamiento antitrombótico

El Dr. Joan Carles Souto, uno de los ponentes del curso, durante su intervención en el encuentro.

“Esto permite adoptar tratamientos anticoagulantes (con los riesgos que conllevan) con mayor objetividad”, afirmó el Dr. Joan Carles Souto Andrés, del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, que participó como ponente en el encuentro. “Muchas de estas pruebas se han incorporado en los últimos años y nos sirven para evolucionar desde las antiguas y clásicas pruebas de trombofilia hereditaria”, añadió.

Por su parte, la Dra. María Marcos Jubilar, de la Clínica Universidad de Navarra, destacó que los resultados actuales dejan ver que los test viscoelásticos, la generación de trombina y la curva de TTPA podrían ofrecer información sobre qué pacientes presentan un papel más hipercoagulable y, por lo tanto, beneficiarse de un tratamiento más personalizado. “Sin embargo, queda mucho campo para el avance tanto en la estandarización como en la realización de estudios suficientemente robustos que nos permitan dar respuesta a estas cuestiones”, precisó.

En otra de las sesiones de la formación se abordaron los retos en el diagnóstico y tratamiento de la trombocitopenia inducida por heparina (TIH). El uso de este anticoagulante ha salvado la vida de millones de personas, pero paradójicamente puede asociar esta reacción protrombótica particularmente problemática por su gravedad. Así lo explicó la Dra. María Luisa Lozano Almela, del Hospital General Universitario Morales Meseguer de Murcia, que hizo hincapié en la relevancia de cuantificar mediante escalas clínicas la posibilidad que tiene un paciente de padecer este cuadro y de que la puntuación de estas escalas guíe la solicitud o no de test diagnósticos complementarios. “Un diagnóstico erróneo conlleva importantes daños. El no detectarlo expone al enfermo a riesgos muy graves. Pero lo contrario, es decir, asumir el cuadro cuando este no ha sido confirmado tiene consecuencias importantes para su salud y para procedimientos futuros a los que el paciente podría someterse”. La Dra. Lozano también destacó tener en cuenta el “importante impacto económico” de actuar sin diagnóstico.

A continuación, la Dra. Rosa Vidal Laso, del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid, puso de manifiesto la importancia del laboratorio de hemostasia como pilar diagnóstico fundamental. “En este sentido, se ha actualizado la información sobre las distintas pruebas de detección de anticuerpos heparina-PF4 disponibles, resaltando el papel de los inmunoensayos automatizados. Las estrategias diagnósticas emergentes, como la aplicación de modelos de probabilidad bayesiana y herramientas de aprendizaje automático, que combinan datos clínicos y biológicos, han mostrado resultados prometedores que en un futuro cercano nos permitirán diagnosticar de una forma rápida y precisa a nuestros pacientes con TIH”, informó.

Terapia CAR-T y cáncer

En la segunda jornada de la formación, el Dr. José Ramón González Porras, del Hospital Clínico Universitario de Salamanca, habló de las alteraciones hemostáticas asociadas a la terapia CAR-T, un aspecto novedoso y todavía desconocido para muchos hematólogos, según los expertos. Esta terapia puede inducir una coagulopatía dual, más frecuente en los pacientes que presentan síndrome de liberación de citocinas. Aunque se desconocen muchos aspectos fisiopatológicos, la toxicidad inmuno-mediada podría inducir una coagulopatía de consumo, asociada por un lado con un mayor riesgo trombótico, y por otro a complicaciones hemorrágicas con repercusión clínica a corto plazo.

Tras esta intervención llegó el turno del Dr. Andrés Jesús Muñoz Martín, del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, que hizo una revisión sobre el impacto que tienen las nuevas terapias oncológicas (“checkpoint inhibitors” o inhibidores de los puntos de control e inhibidores de las ciclinas) en el riesgo de desarrollar enfermedad tromboembólica venosa y trombosis arterial. “Los nuevos tratamientos oncológicos deben ser tenidos en cuenta en los modelos predictivos de riesgo de trombosis. También influyen en el riesgo de sangrado asociado a la terapia anticoagulante”, afirmó.

Por último, los doctores Javier Trujillo Santos, del Hospital General Universitario Santa Lucía de Cartagena, y Vanessa Roldán Schilling, del Hospital General Universitario Morales Meseguer de Murcia, abordaron, desde la perspectiva del paciente oncológico y no oncológico, respectivamente, la controversia en cuanto al manejo de la trombosis incidental, centrándose en el tromboembolismo venoso y en las trombosis esplácnicas. Por último, la Dra. Roldán expuso las peculiaridades fisopatológicas relacionadas con la trombosis de la vena central de la retina y su consecuente manejo, resaltando la importancia del control estricto de los factores de riesgo vascular como piedra angular del manejo de esta entidad.