La ausencia de calorías emocionales y el sedentarismo mental son dos de los principales problemas que amenaza la salud psíquica de las personas y que, junto a una mala alimentación, influye en el aumento excesivo del peso y en la aparición de desórdenes alimentarios (anorexia, bulimia o trastorno por atracón). Todo ello se analiza en el libro ‘La despensa emocional’, publicado por Arán Ediciones y escrito por la psicóloga Rosa Calvo Sagardoy.
La guía pone de manifiesto la importancia que nuestro tratamiento psicológico da a la dimensión afectivo-emocional de la comida. “No solo somos un cuerpo, tenemos una mente que hay que alimentar con conocimiento y un espíritu que necesita de la sabiduría. La comida nos ha servido muchas veces como medicina emocional para llenar nuestro vacío o calmar la ansiedad. Comer nos ayuda a regular la emoción, a estar tranquilos, pero también a ocultar problemas relacionados con la salud mental. Junto al impacto emocional de la comida el libro destaca la importancia de lograr que todos los seres humanos tengan un protagonismo vital que les permita expresarse sin miedo. No hacerlo ha propiciado que muchos pacientes con pesos excesivos tengan no solo sedentarismo físico sino un “sedentarismo mental”. Se trata de una dificultad extrema para tomar decisiones en nombre propio que les repercute en su autoestima, aumenta su malestar y cierra el círculo de los antecedentes negativos de la comida excesiva.
“Este libro es una herramienta muy útil para prevenirlos porque ofrece las claves para afrontar la vida más consciente y con un mayor número de recursos cognitivos y emocionales para aliviar nuestras dificultades psíquicas”, dice su autora. Comer bien requiere una buena alimentación y un propósito ilusionante y significativo en la vida. Estar activo requiere hacer ejercicio físico, reducir las actividades sedentarias y activar nuestra mente con nuestras decisiones y proyectos, plantea el libro ‘La despensa emocional’.
La pandemia ha tenido un efecto directo en el aumento del peso de los españoles. Según un estudio de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), más del 44% de la población engordó entre 1 y 3 kg en los primeros confinamientos domiciliarios. Actualmente se estima que en España el 53,8% de los españoles declara tener problemas de peso, un 36,6% con sobrepeso y un 17,2% con obesidad, según un último estudio de esta sociedad científica.
Con estos datos no es de extrañar que muchas personas busquen la solución rápida al problema, hacer dieta sin tener en cuenta su estado emocional. Para Rosa Calvo, hay que estar alerta y evitar las dietas rápidas o milagro. “Muchas veces cuanto más controlas, hay una mayor probabilidad de obtener el efecto contrario. Las restricciones hacen que luego el deseo de comer sea más fuerte y se potencien, por ejemplo, con atracones y picoteos”.
Una dieta equilibrada y el ejercicio físico son las bases para mantener un peso saludable. Pero no son los únicos componentes de la ecuación. Utilizar la comida para intentar solucionar los momentos marcados por una desestabilidad emocional es un error. “Hay que comer de una manera equilibrada. El conflicto se produce cuando la comida te está sirviendo para tapar tu ansiedad, tu frustración. No pasa nada por tomar un día un helado de chocolate, el problema está cuando necesitas comer de forma exagerada diariamente ante cualquier problema que te resta salud mental”, ejemplifica Calvo.
En este punto, la experta habla en la guía de “calorías emocionales”, aquellas imprescindibles en la persona para llevar una vida plena, especialmente un trato digno. “Son las que nos permiten estar a gusto con la vida que estamos llevando. Hay que incluir las calorías emocionales en nuestra vida cotidiana y equilibrarlas con las calorías alimentarias”.
La importancia de las emociones sin olvidar el trabajo multidisciplinar
El concepto ‘La despensa emocional’ forma parte del Modelo de Tratamiento Integral del Hospital Universitario La Paz de Madrid, utilizado en los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y del peso (sobrepeso y obesidad). El contenido de La despensa emocional pone en valor, a su vez, la carga emocional del comer y su importancia, tanto en la crianza del infante como en el desarrollo equilibrado del adolescente o el adulto. El libro aporta recursos cognitivos y emocionales alternativos a la comida “no nutritiva” para que pacientes y sus familiares puedan hacer frente al sobrepeso o a la obesidad.
Todo ello, señala la autora, dando por sentado el resto de áreas de intervención implicadas en el abordaje de este tipo de problemas en las que participan endocrinólogos, nutricionistas, psiquiatras, psicólogos, enfermeras, dietistas y especialistas en actividad física.
De hecho, Rosa Calvo precisa que el contenido también está dirigido a todos esos profesionales que lo consideran de interés en su quehacer clínico, educativo y/o preventivo. “Igualmente, quisiera que fuera de utilidad para pacientes y familiares con pesos excesivos, a sus terapeutas y educadores o a cualquier profesional interesado en el tema del sobrepeso y la obesidad”, concluye Rosa Calvo.
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