Cuando leemos noticias sobre avances científicos o investigamos sobre alguna enfermedad o tratamiento, a menudo encontramos referencias a revistas como Nature, Science o The Lancet. Estas publicaciones son consideradas de “alto impacto”. Pero, ¿qué significa exactamente eso? Y, sobre todo, ¿por qué debería importarnos como lectores o profesionales de la salud?
El factor de impacto es un indicador bibliométrico que mide la frecuencia con la que los artículos de una revista científica son citados en un periodo determinado (normalmente dos años). Cuantas más veces se citan los artículos publicados en esa revista, más alto es su factor de impacto. Es decir, se asume que cuanto más se cita una revista, más influyente es.
El objetivo de este indicador es ofrecer una referencia objetiva para evaluar la importancia relativa de una revista dentro de su campo. Por ejemplo, si dos revistas publican sobre oncología, pero una tiene un factor de impacto de 10 y la otra de 3, se considera que la primera tiene mayor peso en la comunidad científica.
No obstante, es importante matizar que este indicador tiene limitaciones. No mide la calidad individual de un artículo ni su aplicabilidad clínica. Tampoco refleja necesariamente la utilidad práctica de los hallazgos publicados. Aun así, sigue siendo un criterio muy influyente para los investigadores, las universidades y los sistemas de financiación.
En resumen, el factor de impacto es una herramienta útil para entender qué revistas concentran mayor atención dentro del mundo científico. Pero como cualquier número, necesita contexto. Saber interpretarlo nos ayuda a leer con criterio y no dejarnos llevar solo por el “prestigio”.
Cómo se calcula el factor de impacto (y qué puede fallar en el camino)
La fórmula básica es la siguiente:
Factor de impacto del año X = (Citas recibidas en X a artículos publicados en los dos años anteriores) / (Número total de artículos publicados en esos dos años)
Por ejemplo, si una revista publicó 100 artículos en 2022 y 2023, y en 2024 esos artículos fueron citados 500 veces, su factor de impacto de 2024 sería 5.0.
Fácil de entender, ¿verdad? Sin embargo, aquí empiezan los problemas:
- No todas las citas son iguales: Citar un artículo no implica que sea de calidad. A veces se cita para criticarlo, corregirlo o simplemente como parte de una revisión general.
- Revistas con muchos artículos de revisión: Los artículos de revisión suelen citarse más, lo que infla el factor de impacto. Algunas revistas lo saben y priorizan este tipo de publicaciones.
- Autocitas: Algunas revistas fomentan que los autores citen artículos de la misma publicación para subir su puntuación.
- Campo de estudio: No todos los campos citan al mismo ritmo. Una revista de biología molecular tendrá más citas que una de matemáticas aplicadas, simplemente por el volumen de publicaciones en cada disciplina.
En definitiva, aunque el factor de impacto puede orientar sobre la influencia de una revista, también puede ser manipulado o interpretado sin matices. Es una herramienta, no una verdad absoluta.
¿Puede un artículo científico tener alto impacto en una revista de bajo factor?
Rotundamente: sí. Aunque el factor de impacto mide la “media” de citas por artículo, hay investigaciones que sobresalen, sin importar en qué revista se publiquen.
Un ejemplo clásico es el de ciertos artículos pioneros que revolucionaron su campo, pero fueron publicados en revistas modestas porque, en su momento, no existía el interés actual. Además, algunos descubrimientos tardan años en recibir la atención que merecen.
También hay casos en que los autores priorizan revistas específicas por afinidad con su comunidad, idioma, acceso abierto o rapidez de publicación. Todo esto puede hacer que un artículo valioso no esté en una revista de alto impacto, pero sí sea muy citado o influyente.
Por tanto, al leer o evaluar un artículo, no debemos quedarnos solo con el nombre de la revista. Es clave valorar:
- La originalidad del estudio.
- La metodología utilizada.
- Su relevancia clínica o social.
- Las citas que ha recibido por su propio mérito.
En ciencia, como en la vida, lo esencial no siempre está en el escaparate más visible.
¿Por qué es tan importante en el ámbito académico?
El factor de impacto se ha convertido en una referencia clave para muchas decisiones científicas e institucionales:
- Investigadores lo buscan para publicar en revistas de “alto impacto” y mejorar su currículum.
- Universidades y centros de investigación lo utilizan para evaluar productividad científica.
- Agencias de financiación lo consideran en la concesión de becas y proyectos.
- Comités de evaluación lo usan para decidir promociones o contrataciones.
Por todo ello, nos complace anunciaros que, junto con la SEPD, hemos logrado un hito sin precedentes. La Revista Española de Enfermedades Digestivas (REED) ha incrementado su Factor de Impacto y nos hemos posicionado en el cuartil 1 (Q1). Esto nos convierte en la primera publicación española de digestivo en alcanzar el Q1, situándonos al nivel de las principales revistas internacionales de la especialidad.
Una gran noticia para la medicina digestiva de España, que demuestra su calidad más allá de nuestras fronteras. Este éxito es el resultado del inmenso trabajo de nuestros autores, revisores y equipo editorial. ¡Gracias a todos por hacerlo posible! Seguimos comprometidos con la difusión del conocimiento científico de calidad.
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